Julio Alberto Can Sulub fue detenido y sentenciado a prisión luego de que el Tribunal de Justicia lo declaró culpable de homicidio. (grillo porteño)
Julio Alberto Can Sulub fue detenido y sentenciado a prisión luego de que el Tribunal de Justicia lo declaró culpable de homicidio. (grillo porteño)

Mérida.- El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) confirmó la sentencia de 26 años y seis meses de prisión que se le impuso a un sexoservidor acusado de matar a su cliente durante una noche de pasión.
El sentenciado, Julio Alberto Can Sulub, de oficio carnicero y sexoservidor de ocasión, había apelado la pena que le impuso un juzgado penal, pero magistrados de la Sala Penal Colegiada del TSJ la ratificaron.
El homicidio ocurrió el 6 de julio de 2011, cuando Can Sulub y su víctima, José Remigio Pastelín Cuevas, sostuvieron relaciones sexuales en casa del segundo, pero después discutieron y el sexoservidor se armó con un machetillo con el que atacó en repetidas ocasiones a su cliente hasta matarlo.
Según el expediente, le asestó varios golpes en la cabeza y en la espalda, hasta dejarlo muerto en medio de enorme charco de sangre.
Después se llevó una cartera con 600 pesos, un televisor y otros muebles que subió al vehículo de la víctima, un Golf verde con placas de circulación YZB-4478, que luego vendió en 3 mil pesos en un taller de Kanasín, con un amigo al que sólo conoce como “El Huach”.
Empeñó los otros artículos robados en un negocio conocido como Altamirano, y con el dinero obtenido fue a darse la gran vida tomando cervezas con una mesera en la cantina La Curvita I.
En primera instancia se le sentenció por los delitos de homicidio simple, robo calificado y robo de automóvil, por denuncia de Elsy María Pastelín Cuevas, por la muerte de su hermano José Remigio en un predio de la calle 17 entre la 12 y 14 de la colonia García Ginerés.
El sentenciado conoció a su víctima en la Plaza Grande y comenzaron a frecuentarse hasta que el 6 de julio de 2011 Can Sulub accedió tener relaciones sexuales con Pastelín a cambio de 150 pesos.
Para ello acudieron al domicilio del cliente y ahí sostuvieron el encuentro íntimo. Todo iba bien hasta que José Remigio le dijo a Julio Alberto que ahora le tocaba a él la penetración, petición que molestó mucho al sexoservidor y se inició una discusión.
En un momento dado Can Sulub se armó con un machetillo que encontró en la cocina y atacó con saña a su amante hasta dejarlo muerto.
Formal P.-