MÉRIDA.- Sólo y sin fuerza política el ex alcalde José Luis Blanco Pajón se prepara para chantajear de nuevo al PRI, como hizo en 2012, cuando de ama de casa convirtió a su esposa en diputada federal, aunque ahora quiere convertirla en alcaldesa, a pesar de que lo más destacado que ha hecho María del Carmen Ordaz es que se le descubriera que le robaba electricidad a la CFE.
Ha desatado una campaña de calumnias contra Jessica Saidén Quiroz, la más fuerte y mejor preparada para ocupar la alcaldía, y para el informe de la ama de casa convertida en diputada gastó poco más de medio millón de pesos en acarrear a gente de 39 municipios y para todo lo que se usó en el informe de su mujer.
Sin argumentos, sin trabajo notable, la ama de casa convertida en diputada utilizó un argumento tan pobre y falso, que no le podemos llamar argumento: decir que ella es orgullosamente progreseña. Sólo eso tiene que ofrecer, ya que a lo largo de dos años no ha destacado en nada ni tiene carrera en el servicio público ni nada.
El PRI va a estar en una encrucijada y se verá quien de verdad manda y quien es capaz de ponerle un alto a Blanco Pajón, cuyas cuentas nunca fueron aprobadas por el Congreso del Estado, porque se detectaron fallas en el uso de 100 millones de pesos.
Por el bien de los progreseños, por el bien del PRI y por el bien de la democracia los ciudadanos esperan que alguien de mejor perfil que la ama de casa convertida en diputada sea candidata a la alcaldía. Que el PRI no le vuelva a ver la cara a los ciudadanos colocando a alguien sin preparación y sin experiencia.
Veremos si Ivonne Ortega Pacheco, desde la secretaría general del PRI nacional cobra venganza y ahora deja fuera a la ama de casa convertida en diputada, como en su momento dejaron fuera a la prima de la dzemuleña, Lucía Canto, quien ya había sido designada candidata a diputada por el Distrito II y por cuestiones de género la “bajaron”.