El Papa Francisco pidió que se diera de manera transparente el libro sobre los votos y los acuerdos a los que llegaron los obispos. (grillo porteño)
El Papa Francisco pidió que se diera de manera transparente el libro sobre los votos y los acuerdos a los que llegaron los obispos. (grillo porteño)

Vaticano.- Poniendo fin a una reunión de dos semanas en el Vaticano, centenares de obispos aprobaron el sábado un documento que detalla la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad, el sexo, el matrimonio y el divorcio.
Los obispos desecharon el tono de bienvenida suavizada hacia los gays, mostrando profundas divisiones en la Iglesia al final del sínodo sobre la familia convocado por el papa Francisco para trazar un nuevo enfoque del clero hacia las familias católicas.
Los obispos ni siquiera pudieron aprobar una sección diluida sobre los homosexuales, que se alejó del tono acogedor contenido en un borrador del documento a principios de semana.
El borrador dado a conocer previamente expresaba una apertura inusitada hacia los gays y los católicos que viven juntos sin estar casados.
Francisco insistió, en defensa de la transparencia, que el documento completo fuese publicado con todo y el recuento de votos.
El documento busca servir de base para el debate futuro antes de otra reunión de obispos en octubre del año próximo.
Los grupos conservadores criticaron duramente el documento preliminar y propusieron amplias revisiones para restaurar la doctrina de la Iglesia, que considera a la homosexualidad “intrínsecamente equivocada”, pero que establece que se debe respetar a los gays, y que sólo puede considerarse matrimonio a la unión de un hombre y una mujer.
En forma inesperada el papa Francisco se acercó a un grupo de periodistas que esperaba afuera del sitio donde se celebró el sínodo.
Muchas gracias”, dijo el pontífice en italiano.
Varios obispos conservadores criticaron ásperamente a los periodistas por informar sobre el dramático cambio de tono en el boceto, aun cuando la prensa reflejó fielmente el contenido del documento.
Antes de la votación, los cardenales Raymundo Damasceno Assis, de Brasil, Oswald Gracis, de India y el italiano Gianfranco Ravasi, ministro de Cultura del Vaticano, dijeron que aprobarían el texto revisado y esperaban que la mayoría de los otros obispos hicieran lo mismo.
Dijeron que el documento a ser sometido a votación era “balanceado, positivo” y “abierto”.
Acepta a todos, abraza a todos y quiere aproximarse a todos, es el acercamiento pastoral de la iglesia actual”, dijo Gracis.
Al mismo tiempo, aunque algunos de los asuntos más polémicos no fueron abordados, serán sometidos a mayor discusión, dijo.
Los obispos volverán a reunirse el próximo año para cerrar el debate.
El borrador inicial del documento mostraba un cambio radical de tono al decir que los gays tenían algo que ofrecer a la Iglesia y que sus uniones, aunque problemáticas desde el punto de vista moral, daban apoyo “precioso” a las parejas gay.
La Iglesia, agregaba el texto preliminar, debe dar la bienvenida a las personas divorciadas y reconocer los aspectos “positivos” del matrimonio civil y a los católicos que viven juntos sin estar casados.
Las enmiendas propuestas al documento fueron casi unánimes y se insistió en que la doctrina de la Iglesia debería estar mejor detallada y que las familias católicas debían ser consideradas modelos en lugar en enfocarse en los problemas de la familia y las uniones irregulares.
Los obispos usaron un tono similar en un mensaje dirigido a las familias católicas emitido el sábado.
No hubo mención a familias con hijos gay, mucho menos a padres homosexuales y hablaba de “temas complejos y problemáticos” que se presentan cuando fallan los matrimonios e inician nuevas relaciones.
Cristo quería que su casa tuviera las puertas abiertas siempre y diera la bienvenida a todos sin excluir a nadie”, dijo el mensaje.
El cardenal sudafricano Wilfrid Fox Napier, quien participó en la revisión del documento final, dijo a la Radio Vaticana que el texto reflejaba una “visión común” que le hacía falta al primero.
El texto será divulgado en todas las diócesis del mundo junto con un cuestionario y servirá de base para el próximo sínodo, programado para octubre del 2015.
Tenemos un año para madurar”, afirmó el Papa, quien elogió la vitalidad de los debates.
AP.-